La ciencia que no despierta el interés del público corre el riesgo de acabar en los anaqueles olvidados de la universidad. Para evitar esta suerte hay que publicar y comunicar, sabiendo bien a cual público está dirigida la comunicación. En Seattle hay muchas experiencias de comunicación científica exitosas, pero hoy voy a hablar de dos que me parecen muy interesantes por la manera en que se relacionan con el público. La primera es el portal para el público del “Pacific Science Center” que baja del podio al científico y lo pone a hablar cara-a-cara con el público, y la segunda es el “Citizen’s Climate Lobby” que le da conocimiento y poder a los ciudadanos para que influencien a sus representantes políticos.
Portal para el público del Pacific Science Center: Esta iniciativa recibió un apoyo inicial de dos millones de dólares de parte de la NSF (Sociedad Nacional de Ciencia de los EEUUAA) en el 2007 para sus primeros tres años de funcionamiento. El objetivo principal es promover una mayor apreciación y entendimiento de la investigación científica actual por medio de interacciones cara-a-cara entre el público general y científicos que explican su investigación y responden preguntas sobre ella.
Como parte de esta iniciativa hay un programa de entrenamiento para científicos interesados en comunicar su investigación fuera del ambiente académico. Estos reciben una semana de entrenamiento intensivo en técnicas para conectar con el público y son certificados como “embajadores de la ciencia”. Como parte del curso los científicos desarrollan una actividad educativa o demostración que les permite explicar parte de su trabajo actual de una manera interactiva. Luego los científicos exponen su trabajo, ya sea interactuando con el público en una mesa de demostración en el museo de ciencia, o en charlas divulgativas abiertas al público general.
El público que generalmente asiste al museo o a la charla es un grupo cuyo mayor interés es la ciencia por sí misma, o lo que yo llamaría “ciudadanos apasionados por la ciencia”. Sin embargo, el público tiene diferentes opciones para ver en el museo y hay muchas diferencias de edades e intereses, así que los científicos deben “sudarla” para atraer y mantener el interés tanto de niños como adultos. La interacción entre el público y el científico no solamente aumenta el conocimiento y entendimiento público de la ciencia “Made in Seattle”, pero también permite que el científico entienda mejor el tipo de inquietudes, interés y conceptos equivocados que la gente tiene sobre su área de conocimiento. El resultado final es que el público ve al científico como un ser humano apasionado por lo que hace, en lugar de un ser extraño con el que no se puede conectar, y el científico entiende que la simple exposición de resultados por más importantes que sean no logra llegar al público a menos que se pueda primero interesarlos y establecer una conexión humana.
Citizen’s climate lobby: El objetivo de este grupo es inspirar en los miembros del congreso de EEUUAA para que se conviertan en abanderados de un “clima sostenible” y actúen en legislación que permita frenar el calentamiento global. Este grupo actúa a nivel nacional pero se basa en grupos locales separados por distritos electorales del Congreso de los EEUUAA.
El grupo en Seattle es bastante activo y tiene como objetivo llevar su mensaje a través de los medios de comunicación, servidores públicos electos y comunidades del distrito séptimo del estado de Washington. Los miembros del grupo son bastante heterogéneos, desde científicos con PhD, a estudiantes terminando la escuela secundaria. En Seattle los jubilados constituyen la mayoría de voluntarios. El ambiente es de camaradería y todo el mundo está allí para aprender a usar técnicas de comunicación efectiva para dar argumentos tangibles, respaldados por mediciones científicas, modelos climáticos y estudios económicos. El financiamiento es donaciones de los propios voluntarios.
Cada mes hay una teleconferencia nacional con un orador invitado, normalmente un científico que trabaja en el área del Clima, y se tiene una sección de preguntas y respuestas. El valor se pone en cuáles son las inquietudes e intereses de los voluntarios. Al final de la llamada se practican “laser talks” que permiten discutir el tema del mes de manera sucinta durante una conversación con diferentes públicos: la prensa, un senador, el vecino. Este punto es muy importante, porque no sólo se dan las bases científicas sobre el cambio climático, pero se dan herramientas para hablar de manera efectiva sobre un tema que es controversial para parte del público en este país. Luego el grupo transforma ese conocimiento y lo pone en sus propias palabras. Se comparten las experiencias del mes, las cartas al editor publicadas en la prensa local y otras actividades interesantes como conversaciones con miembros del Congreso o charlas públicas. El público en este caso es el motor del cambio. Es el interés y esfuerzo de los voluntarios el que transforma conocimiento científico en acción y contagia a familiares, amigos, vecinos, periodistas y políticos.
* Parte del texto es extraida de mis contribuciones a la clase «Comunicación Social de la Ciencia»de la OEI